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relacion toxica

¡La crisis de una relación tóxica! Mis claves para reconocerla y superarla

Todo empezó el día que le hablé a mi madre de él. Ya llevábamos juntos dos años y medio, por lo general mis padres no se inmiscuyen en mi vida, pero algo en mí estaba harta de su comportamiento.

Empecé a contarle las cosas que vengo escribiendo aquí abajo, y me dijo que le dejara, lo hice de inmediato, como si necesitara permiso, ya nada salía de mí por iniciativa propia. Fue una ruptura que duró un año, porque hasta ese momento no sabía que relación estaba teniendo en realidad.

Ahora es momento de ver las cosas con perspectiva, nada mejor que el tiempo para sanar una relación tóxica, bueno, todo en general.

Pistas para identificar una relación tóxica

Control de respuesta a llamadas y mensajes

Una de las cosas que más fastidiaba era que tenía que responder sus mensajes en cuestión de 5 minutos o menos, de otro modo actuaba como un psicópata con una avalancha de mensajes y llamadas sin fin.

Recuerdo una vez que estaba conduciendo mi moto, me paré en la gasolinera y leí sus mensajes, como preferí dejarlo para cuando llegase a casa, me encontré al llegar que se había puesto histérico y los mensajes se habían triplicado.

U otra ocasión semejante, en la que decidí ayudar a mi padre a pintar las paredes de casa, dejándome el móvil cargando en la habitación, sin darme cuenta se pasó toda la tarde. Cuando cogí el teléfono tenía como 16 llamadas en menos de una hora. Preocupada, le llamé para preguntar si algo malo había pasado, pero no, era solo que como no respondía… él se salió de sus casillas.

Reproches

Otra cosa típica en nuestra relación era la de echarnos en cara todo sin tomar en consideración lo que el otro trataba de decirnos.

Si yo le decía que algo me parecía mal, se ofendía y me devolvía el golpe a modo de venganza con su típico «Y TÚ QUÉ», incluso cuando no había nada que reprochar, mezclaba cosas si fuera necesario con tal de victimizarse.

Celos

Qué típico. Pero lo cierto es que hay mucha clase de celos, los que resultan más obvios salen en las pelis, tipo ningún otro chico puede mirar o acercarse a su novia, etc. En mi caso tenía más que ver con las amistades.

Lo cierto es que el día que le conocí fue el día que le conquisté, pero no solo a él, todo su grupo de amistades se fijó en mí un buen día en que estaba contenta, me mostré divertida y abierta a conocer gente nueva. Era un grupo de jugadores de rol, habían chicas también, pero pocas y generalmente muy tímidas. Me dediqué a jugar a baloncesto, futbolín y guerra de cojines con ellos, fue una buena tarde.

El caso es que una vez se afianzó la relación, no volví a ver a los demás. Decía que «yo no era del tipo que se codea con esa gente», como diciendo que para qué molestarme en relacionarme con gente que no tenía los mismos intereses que yo. Es irónico porque entonces siguiendo esa regla, él y yo no tendríamos ni que hablarnos desde un principio.

Tenía facilidad de palabra y también para comer el coco, no importaba la lógica o lo que uno quisiera, manipulaba lo que hicieras solo con técnicas de reproche bien disimuladas hasta que tarde o temprano no creyeras merecer estar con nadie más.

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Manipulación

Recuerdo dejarle hacer cosas que no me apetecían, por ejemplo sexo sin tener ganas.

Quedarme en su casa a dormir más que en la mía con la excusa de haberse hecho tarde, incluso cuando llevaba mencionando irme a casa desde las 20.00h, en lugar de ofrecerme acompañarme o simplemente dejarme ir.

Decidir que un trabajo no valía la pena usando la psicología inversa.

Amenazas con que se llevaría a mi perra lejos de mi si no iba con él a donde él fuera…

Mentiras

Creo que acabaré el combo con esto, pero es que no podía faltar. Era un maestro mintiendo, sobretodo a sí mismo. Hablaba de que era bonito tener múltiples parejas a lo «open-minder» a pesar de que me quería solo para él. Pero claro, no hablaba sobre mí. Salía todos los fines de semana sin mí para ir a la discoteca a bailar, porque «solo era bailar», pero no bailaba con otros chicos, claro, bailaba con otras chicas y se vestía elegantemente con camisa para ir a la discoteca además de ponerse perfume.

Yo lo consentía porque me consideraba lo suficientemente buena novia como para dejar que su chico se divirtiera por su lado, además de que no soy celosa y confiaba en él. ¿Por qué tener una pareja de la que desconfías? Es curioso, pero no era capaz de ver que yo merecía el mismo trato de vuelta. DAR, DAR Y DAR.

Por cierto, me engañó con una de esas con las que salía «solo a bailar». No merece la pena poner un apartado para los cuernos.

Gritar y falsas promesas de cambio

Se puede resumir también como inestabilidad emocional. Todos tenemos días malos en los que estallamos cuando nos sobrepasa la tensión y lo pagamos con el que está más cerca. Sin embargo, utilizar a la gente como un saco de boxeo psicológico (prefiero no tener que mencionar si es físico) demuestra que no estás preparado para una relación.

Y pasa que, muchas de estas personas reconocen que han hecho mal, claro que sí, todos sabemos que errar es humano. El caso es que se necesita mucho tiempo y una verdadera motivación personal para lograrlo, una pelea de tantas no basta.

Cómo haber evitado una relación tóxica

A ver, teniendo en cuenta todo este cóctel, uno se pregunta qué es lo que tenía yo en mente para tolerarlo.

Es una buena pregunta, de hecho, porque defenderme con la simple razón de que era adolescente no es suficiente, creo. Pues a día de hoy conozco matrimonios que se unieron con 13 años, y yo tenía 19 en realidad. (¿A santo de qué es uno adulto con 18?)

  • La realidad es que ahora que han pasado diez años puedo ver que tenía FALTA DE AUTOESTIMA. ¡Y quién lo diría! Mostrándome yo tan decidida y segura por la vida, a esa edad escuchaba «prepotente» a mis espaldas cuanto menos. Pero en realidad, hay como una especie de división entre lo que somos, lo que creemos ser y lo que queremos ser… y lo que dicen que somos, también.

Lo cual me recuerda que te recomiendo mucho que entres en el siguiente post sobre la meditación, en él hablo del lugar que me ayudó, mi centro de terapia por así decirlo.

Una cosa que aprendí muy importante con la terapia es lo de situarme en mí misma, tomar propiedad de mi propia persona, es importante ser consciente de los valores de uno para que no le pisen.

  • Otra cosa era que tenía la idea en mi mente de que para tener una relación había que soportar cosas que no te gustan. (Cosecha de mi madre, en realidad), además de creer que uno necesita estar en una relación para ser feliz, porque si no, quién sabe cuánto tiempo te puedes pasar buscando. Lo cual es un concepto muy generalizado en toda la sociedad hasta hace menos de unos pocos años.

Lo importante sería darse cuenta de lo que uno quiere en el fondo, y si no sabe lo que quiere será que tampoco lo necesita. Por tanto lo mejor es desoír los consejos de TODO EL MUNDO, porque no «todo el mundo» sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros. Diría que hay que escuchar solo lo que digan las figuras de mayor autoridad (padre, madre, abuelos), pero la verdad es que la experiencia me ha enseñado que ni eso, pero reincido, cada cual tiene su propio caso que estudiar.

  • Le ponía en un pedestal, sacaba sus virtudes y las pulía, era como sacarle brillo a un trozo de hojalata. Me enamoraba de sus cosas buenas, y aunque me fastidiaban las malas, me las guardaba en el bolsillo dejándolas pasar como una simple pelea de hermanos.

Que si qué chico más divertido, que si que mono es, que si me gustan sus abrazos y sus besos, qué tan listo es… Se siente igual que una madre que dice que su hijo es el más bonito de la Tierra.

  • Es más, estaba bastante ligado a un sentimiento de protección en ambos sentidos, como si una pareja fuera una posesión, en lugar de una compañía con la que compartir amor. Creo que es el detonante más obvio para ser consciente de que estás llevando una relación tóxica.
  • Darme cuenta de eso, hizo que me preguntara qué sentido tenía llamar a alguien «novio/a» si no existía la intención de fundar una familia, ¿acaso no quieres a los amigos?, ¿significa que porque los quieres, no pueden hacer su vida sin ti?

Cuando entras en una relación formal tan seria en un momento de tu vida en el que ni siquiera te has hecho esas preguntas porque lo único que quieres es que te mimen, o en otras palabras, NO SEPAS ESTAR SOLA, puede hacer más que probable que las cosas se tuerzan.

Cómo superar una relación tóxica o no

Exprésate

Lo primero en lo que me fijé es que no sabía que hacer en mi tiempo libre una vez quise no volver a verle más. El día tenía demasiadas horas… y en todas ellas mi interior estaba lleno de sentimientos negativos.

Otra cosa que vi, era que no tenía amigos con los que superar el mal trago, ya que él era la única persona a la que prestaba toda mi atención y mi tiempo. La gente con la que pudiera relacionarme, ya fuera por redes sociales o por cualquier cosa, trabajo, etc. no tenía suficiente confianza conmigo como para comerse con patatas todo lo que yo estaba soportando.

De modo que lo mejor que se me ocurrió para lidiar con lo que sentía fue escribir, empecé a teclear en el Word todo lo que pasaba por mis entrañas y mi corazón, me ponía rabiosa, melancólica, triste… lo que sea, pero me prometía a mí misma no publicar nada de lo que tenía escrito, era mi mundo, mi terapia. Y era personal, algo mío y solo mío desde hacía mucho tiempo.

Haz cosas

Después de haberme desahogado con la escritura empecé a no tener nada más que decir, además de que pude ver lo muy irritada que estaba con esa persona, también lo estaba conmigo misma. Sabía que tenía que perdonarme por haberme dejado arrastrar a una vibración tan baja… que solo me tocaba volver a subir, volver a ponerme en pie.

Así que empecé a hacer manualidades, pintar, un reloj de madera, un joyero, una escultura de barro, un retrato de grafito. Salía del trabajo y tenía la tarde toda para mí, para explorar todas las opciones posibles que pudieran hacer que de mí saliera algo bueno. Cuando terminaba, al ser verano, me iba un rato a la playa y dejaba que mi piel se alimentara del sol.

Rosa hecha con barro y pintada con esmalte.

Joyero de madera.

Ave fénix con técnica a pastel

Poco a poco me acordaba menos de él y mis ganas de verlo se iban reduciendo de «a todas horas» a finalmente «2 minutos».

Qué evitar para volver a caer en una relación tóxica o con tu ex

Sexo «por los viejos tiempos»

Dejar una relación tóxica es como ponerse a dieta. Cuesta y mucho, y una pequeña recaída puede fastidiar todo el logro hasta el momento.

No podía evitar llamarle para tener relaciones sexuales porque estaba acostumbrada a un ritmo muy elevado. Con la situación que vivía no pasaba ni de casualidad por mi mente acostarme con otra persona distinta a modo de «un clavo saca otro clavo», porque soy consciente (y también lo era entonces) que cuando te acuestas con alguien estás enlazando un vínculo (tipo Avatar), así que hay que tener cuidado con eso.

Pero veía que cada vez que nos acostábamos una ola de ira salía de mí tras el placer, como una lucha interna de emociones contrarias que me mataban por dentro. Si solo hubiera pensado en tener un juguete sexual como sustituto en aquella época, más de un daño habría evitado.

Stalkeos o televisión a todas horas

Hay que evitar por todo lo alto pasarte el día sin hacer algo mínimamente productivo, como ver la televisión por 5 horas seguidas. O meterte en sus redes sociales para ver si sigue viéndose con otras chicas o si piensa en ti.

Recuerdo que de vez en cuando me gustaba poner pequeños comentarios sobre mi estado en Facebook, para que mínimamente hubiera alguien que si tuviese interés en mi situación, una de las publicaciones que puse fue:

– ¿Qué haces, piensas en mí?
– ¿Y tú, piensas en ti?
– Touché.

Obviamente es una conversación conmigo misma en la que hay una parte de mí más sabia que la otra. Menos mal de eso.

Creo que no soy la única a la que le tira ese impulso de querer tener la situación controlada cuando todo está descontrolado. En medio de esa crisis es mejor ser consciente que las cosas siempre saldrán bien aun a pesar de que no dominemos la situación. Aquí un post que habla de ello:

necesidad de control

Culparse y creer en el siguiente

De ningún modo es bueno que te culpes por las cosas que hubiesen pasado, dejarte a ti mismo en el barro fangoso pisoteándote mientras defiendes a la otra persona de que «si las cosas hubieran sido de otra manera seríais felices», porque eso desde luego no es así. Cada movimiento, cada experiencia fue como fue porque sí, porque cada uno tiene su propia evolución y eso es un camino largo que recorrer.

Así que si piensas que las cosas no salieron por x motivo y crees que el siguiente será un príncipe azul, lo más seguro es que te cases con el mismo perro, pero con diferente collar.

Hay que dejarse querer a uno mismo/a antes de volverlo a intentar con el siguiente, una vez contemplas el cómo te ves tú a ti, sin nadie que te juzgue o te señale tus defectos.

Y es bueno que te pares a observar las personas que te rodean durante un tiempo antes de decidir estar con una de ellas, para así ser consciente de si repites viejos patrones o no.

Fíjate bien que tipo de personas atraes en tu vida para conocerte mejor y poder remediarlo antes de seguir sufriendo. Y ten en cuenta que si corres, lo mismo tardas más.

Nada más, solo te recomiendo que cuando sepas decir NO, agarres tu peluche y le des tu cariño, así estará a salvo hasta que lo superes.

Déjame un comentario si gustas 😉 Y un like ya puestos.

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